Gente muy diferente y a la vez muy parecida. Ciudad donde caminar y caminar y no cansarse nunca, ciudad donde cada día descubres algo nuevo. Lugar para quedarse sentada mirando a la gente pasar, ciudad para contemplar. Ciudad donde perderse, de desniveles y de puro encanto.
Tanto es tal mi amor por las calles de Madrid que no aguanto en mi casa ni un solo día, necesito salir, pisar la calle, respirar el aire contaminante de esta ciudad llena de ruido.
De Madrid al cielo.
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